De piedra y sin tronco. A su lado cierto
Rostro en la arena yace: la faz rotaSus labios, su frío gesto tirano
«Ozymandias», Percy B. Shelley
Nos dicen que el escultor ha podido
Salvar la pasión, que ha sobrevivido
Al que pudo tallarlo con su mano.
Recuerda cuando estuvimos
rodeados de la inconstante belleza
de una ciudad tallada
por manos que la hicieron arder
y un corazón que la alimentó.
Recuerda los gritos
de las ruinas de un foro
en llamas por los destellos
de las esculturas masacradas
por la luz barroca de un crepúsculo
anaranjado que empieza
a despuntar en estrellas.
Un viajero solitario recorrió
hace tiempo Roma
y no comprendió nada
de aquel fuego.
Nadie lo comprendió.
Busqué tu nombre
y lo encontré grabado
en una lápida de agua.
Recibiré un vasto legado de hojas
de pinos y una luz que penetra
en una bóveda que hará añicos
el vidrio de las centurias gloriosas
de música, flores y palabras.
E.